Reinicia: resumen del libro
Estas vacaciones me he propuesto adoptar el hábito de tomar notas y resumir los libros mientras leo, para mejorar mi comprensión, capacidad de aprendizaje, síntesis y escritura, además de tener una referencia para consultar en el futuro. Después de terminar el primer libro con el que he hecho esto, me pareció una lástima que quedase guardado únicamente en mi ordenador, así que he decidido publicarlo en el blog, por si le pudiera servir de alguna forma a otras personas.
El primer libro con el que he hecho esto ha sido Reinicia (título original “Rework”), el libro sobre empresa de los fundadores de Basecamp. Me leí este libro por recomendación de mi compañero Alejandro Herrera, ya que estoy comenzando a montar una empresa, y este libro aporta un punto de vista bastante diferente al de la mayoría de recursos disponibles.
Realmente me ha parecido un libro clave. Hay cosas que ya tenía muy claras desde un principio, como no tener como objetivo necesariamente el crecimiento o, si se plantea, que sea de forma sostenible. Son cosas que no se suelen plantear así hoy en día y el hecho de saber que hay empresas ahí fuera que funcionan así y tienen éxito me tranquiliza bastante. Por otra parte, me ha ayudado a plantearme muchas de las cosas que estoy haciendo desde otro punto de vista e incluso cambiar algunas: planificar a mucho más corto plazo, dejar de obsesionarme con la competencia, aprender a hacer algo yo mismo antes de contratar y delegar, buscar otra forma de hacer las cosas aprovechando mis puntos fuertes… son algunos de los aprendizajes más interesantes para mí de esta lectura.
Os dejo el resumen del libro por capítulos.
Capítulo 1. Deshechos
- Prescinde del mundo real: cualquier idea novedosa será rechazada por defecto, pero no hagas caso.
- Aprender de los errores está sobrevalorado: el fracaso no es un requisito para triunfar.
- Planificar es conjeturar: deja de hacer conjeturas e improvisa más.
- ¿Crecer, por qué? Tu objetivo no tiene por qué ser necesariamente crecer.
- Adicto al trabajo: Trabajar más horas no implica que estés más involucrado o que seas más productivo. Busca una forma más eficiente de hacer tu trabajo y irte a casa a tiempo.
Capítulo 2. Arranca
- Deja tu huella en el universo: Si quieres hacer algo, haz algo que realmente importe.
- Empieza por tu casa: La forma más fácil y directa para desarrollar un gran producto o servicio es hacer algo que tú desees utilizar.
- Arranca con algo: Las ideas son baratas y las hay a cientos. La parte crucial es el cómo se ejecuta.
- La falta de tiempo no es excusa: Siempre hay tiempo suficiente si lo empleas bien. No uses excusas contigo mismo. El momento oportuno no llega nunca.
- Traza una raya en la arena: no pierdas nunca de vista el porqué de estar haciendo lo que estás haciendo.
- Declaración de la misión imposible: Defender algo no se limita a ponerlo en un papel. Se trata de creértelo y de vivirlo.
- La financiación externa es el Plan Z: Acabas desarrollando lo que los inversores quieren en lugar de lo que esperan los clientes.
- Tienes menos necesidades de las que tú te crees: Ser austero no es un problema: busca la alternativa más barata posible.
- Arranca una empresa, no una startup: evita el «ya veremos en el futuro de dónde salen los beneficios», empieza desde el principio como un negocio que va en serio.
- Crear para vender es crear para cerrar: cuando creas una empresa con la intención de venderla, priorizas equivocadamente la preocupación de quién te va a absorber sobre la de tus clientes.
- Menos masa: mientras más mása, más complicado es cambiar de dirección. La masa aumenta por reuniones, decisiones inamovibles, inventario, politiquería…
Capítulo 3: Avanza
- Saca partido de tus limitaciones. Deja de quejarte y sé creativo para hacer más con lo que tienes.
- Es mejor una mitad única que una unidad a medias: i.e. es mejor hacer una única cosa muy bien, que muchas regular.
- Empieza en el epicentro: en un puesto de perritos calientes, el epicentro son los perritos. Todo lo demás es secundario.
- Olvídate de los detalles en un principio: no se pueden identificar los detalles que realmente importan hasta después de haber empezado el desarrollo.
- Tomar una decisión es avanzar: las decisiones que se dejan sin tomar son problemas que quedan sin resolver.
- Actúa como el comisario de una exposición: Quédate con lo que es esencial. Redúcelo todo hasta quedarte exclusivamente con las cosas importantes.
- No le des tantas vueltas: Cuando las cosas no van bien, lo que hay que hacer es recortar para hacer el problema más pequeño.
- Concéntrate en lo que no cambiará: La esencia de tu negocio debería pivotar sobre aquello que la gente quiere hoy y seguirá pidiendo dentro de diez años.
- El arte está en tus dedos: las herramientas no son lo relevante. Lo relevante es sacarle el máximo partido a lo que tengas.
- Vende tus subproductos: Todo tiene subproductos, pero pocas empresas los ven como oportunidades, p.ej., las empresas de software no se suelen plantear escribir libros con sus aprendizajes.
- ¡Lanza ya! Aplaza todo lo que no sea necesario para el lanzamiento. Trabaja en lo imprescindible ahora y ya te preocuparás más tarde de los complementos.
Capítulo 4: Productividad
- Espejismos de acuerdos: Si necesitas explicar alguna cosa, no teorices. Haz todo lo que esté a tu alcance para eliminar capas de abstracción.
- Razones para abandonar: Formúlate constántemente estas preguntas: ¿Por qué estás haciéndolo? ¿Qué problema estás solucionando? ¿Los clientes tienen dudas? ¿Sirve para algo esto? ¿Estás aportando valor? ¿Logrará lo que sea en lo que estés trabajando cambiar algo? ¿Hay alguna forma más sencilla? ¿Vale realmente la pena?
- Las interrupciones son enemigas de la productividad: establece una rutina de aislamiento y cúmplela a rajatabla.
- Las reuniones son tóxicas: evita convocarlas si el problema se puede resolver de otra manera.
- Vale con lo simplemente correcto: haz lo necesario para avanzar, siempre podrás hacerlo mejor más adelante.
- El rápido gana: Cuanto más tiempo necesites para lograr algo, menos probable es que lo consigas. Trabaja con objetivos a corto plazo.
- No seas un héroe: a veces. la mejor alternativa puede ser abandonar la tarea y dejar de perder el tiempo, independientemente del tiempo ya invertido.
- Vete a dormir: perder horas de sueño perjudica tu creatividad, ánimo y actitud. No lo conviertas en una costumbre.
- Tus previsiones son un fiasco: es más probable que nos equivoquemos al estimar proyectos grandes. Divide tu planificación en pequeñas unidades.
- Las interminables listas de tareas no funcionan: trocea la lista en pedazos más pequeñitos para aliviar la carga cognitiva.
- Toma decisiones pequeñas: son más fáciles de tomar y de corregir si salen mal.
Capítulo 5: Competidores
- No copies: aparte de ser indigno, el imitador no comprende la sustancia del original, por lo que no puede evolucionarlo. Además, si copias nunca estarás a la última en innovación.
- Individualiza tu producto: Haz algo que nadie más aparte de ti pueda ofrecer, para que no puedan copiarte.
- Peléate: Ser el anti-XXX es una buena estrategia de márketing.
- Menos (que la competencia) es más: no hace falta hacer más cosas que la competencia para superarla, sino menos pero bien hechas.
- Compararte constantemente con la competencia provoca enorme estrés y ansiedad, y lo que hagan está fuera de tu control. En su lugar, céntrate en competir contra tí mismo.
Capítulo 6: Evolución
- Di no por defecto: Utiliza el poder del “no” para aclarar tus prioridades: es más probable arrepentirse de haber dicho que sí que de haberte negado.
- Deja que tus clientes crezcan y vuelen: si las necesidades de uno concreto de tus clientes cambian y tu servicio ya no se amolda a éste, no cambies tu servicio por él, mantente fiel a tu tipo de cliente en general.
- No confundas el entusiasmo con lo prioritario: deja que tus ideas se enfrien un poco para poder verlas con perspectiva sin la ceguera del entusiasmo.
- Sé bueno por dentro: haz que la fortaleza de tu servicio resida en hacer bien lo que hace, no en su atractivo aparente.
- No lo apuntes: las sugerencias realmente importantes te llegarán una y otra vez.
Capítulo 7: Promoción
- Valora la oscuridad: aprovecha que todavía nadie te conoce para cometer errores sin que nadie se entere, probar nuevas cosas y ajustar los defectos.
- Crea tu audiencia: en lugar de salir a buscar a la gente, intenta que la gente se acerque a tu empresa.
- Enseña más que tu competencia: centrate en enseñar en lugar de vender. Enseñar crea un vínculo mucho más potente basado en la fidelidad y la confianza.
- Imita a los grandes cocineros: publica tus recetas, no son tu ventaja competitiva.
- Muestra las bambalinas: Muestra cómo funciona tu empresa por dentro. A la gente le gusta, y mejora tu relación con ellos al pasar a considerarte como una persona en lugar de una empresa sin rostro.
- A nadie le gustan las flores de plástico: Muéstrate tal como eres, con los defectos incluidos.
- Las notas de prensa son spam: La redactas una vez y la envías a cientos de reporteros, personas a las que no conoces y que no te conocen a ti. En lugar de eso, personaliza, destaca, hazte inolvidable.
- Olvídate del Wall Street Journal: no busques salir en grandes medios, consigue que publiquen tu noticia en un medio de tu sector o que aparezca en un blog.
- Los traficantes de drogas sí que saben: ofrece a tus clientes una prueba gratis tan buena que estén dispuestos a pagar por seguir usándola.
- Marketing no es un departamento: es la suma de todo lo que haces: una llamada telefónica, un correo, un artículo en tu web, tus facturas…
- El mito del éxito en un día: opta por un crecimiento lento y controlado.
Capítulo 8: Contratar
- Hazlo tú mismo al principio: Nunca contrates a nadie para un puesto si antes no has intentado hacerlo tú mismo.
- Contrata cuando te duela: El momento adecuado para contratar a alguien es cuando tienes una carga de trabajo superior a la que tú puedes asumir durante un periodo considerable de tiempo.
- Olvídate de los superfichajes: Que una persona sea un crack no tiene nada que ver. Si no lo necesitas, no lo necesitas.
- Contrata poco a poco: Es la única forma de conseguir un ambiente de trabajo en el que todos se sientan lo suficientemente seguros como para decir la verdad cuando las cosas se pongan feas.
- La ridiculez de los currículos: Valora más las cartas de motivación. Fíate de tu instinto.
- Años de irrelevancia: Existe muy poca diferencia entre un candidato con 6 meses de experiencia y uno con 6 años.
- Olvida los títulos: No descartes a la gente que abandonó sus estudios universitarios o a la que ni siquiera llegó a empezarlos.
- Evitar contratar a personas con tendencia a delegar, son pesos muertos en un equipo pequeño.
- Contrata directivos de sí mismos: personas que se marcan sus propios objetivos y los llevan a cabo. No necesitan ni mucho apoyo ni control.
- Contrata buenos escritores: Los grandes escritores saben cómo comunicar. Hacen las cosas comprensibles. Son capaces de ponerse en el lugar de los demás. Saben lo que no es necesario decir.
- Los mejores están en cualquier parte: Contrata talento, independientemente del lugar donde se encuentre.
- Somete a una prueba piloto a tus empleados: La mejor forma de valorar el trabajo que pueden hacer para ti es viéndoles trabajar.
Capítulo 9: Control de daños
- Sé el portavoz de tus malas noticias: Cuando algo falle, sé tú quien lo comunique a los clientes. Te respetarán más si durante una crisis das la cara.
- La velocidad lo cambia todo: una excelente forma de diferenciarse es contestar con agilidad y ofrecer un trato personal.
- Cómo decir que lo sentimos: no hay una receta, pero siempre piensa: ¿Cómo te sentarían a ti esas disculpas si estuvieras al otro lado? Si alguien te dijera estas palabras a ti, ¿le creerías?
- Pon a todos en primera línea de fuego: Todo tu equipo debería tener contacto con los clientes en algún momento para entender realmente sus problemas y evitar el “teléfono roto”.
- Respira hondo: Cuando la gente se queje ante un cambio, deja que las cosas se vayan calmando gradualmente. Demuéstrale que la escuchas, pero deja un tiempo de adaptación antes de actuar.
Capítulo 10: Cultura
- Tú no creas cultura: Se hace. La cultura es el resultado indirecto de una forma consecuente de comportarse. La cultura son acciones, no palabras.
- Las decisiones son temporales: Una de las grandes ventajas de ser pequeño es que puedes cambiar fácilmente de dirección.
- Olvídate de las estrellas del rock: en lugar de eso, concéntrate en crear un ambiente en la oficina que propicie la confianza, autonomía y responsabilidad.
- No tienen trece años: Cuando tratas a la gente como si fueran niños, trabajan como niños. Confía en tus empleados.
- Mándalos a casa a las cinco: Cuando la gente tiene algo que le espera en casa, se pone a trabajar sin demora. Así que emplean su tiempo con inteligencia.
- Un corte no tiene por qué dejar cicatriz: No impongas una norma porque alguien ha hecho algo mal. Las políticas de empresa se aplican sólo para las situaciones que se repiten una y otra vez.
- No finjas: Ser sincero sobre quién eres es rentable. El lenguaje que empleas crea la primera impresión sobre ti, ¿para qué necesitas empezar con una mentira?
- Evita usar las palabras como “imprescindible”, “obligatorio”, “imposible”, “trivial”, “sólo” o “rápido”. Son palabras polarizadas, pero la realidad no es blanca o negra, alguien se sentirá ofendido y generarán conflictos.
- “Cuanto antes” es un veneno: es una expresión inflacionista. Devalúa cualquier petición que no la lleve incorporada. Si todo tiene que ser “cuanto antes”, nada se hará.
Conclusión
La inspiración es perecedera: es un multiplicador de la productividad, un motivador. Pero no se quedará esperándote. Si quieres hacer algo, tienes que hacerlo ahora.