El trabajo de mis sueños
Conseguí el trabajo de mis sueños sin buscarlo, pero entonces no tenía ni idea de que lo era.
Estudié Ingeniería Informática en la Universidad de Málaga.
Cuando estaba acabando la carrera (año 2011-2012), Málaga no era lo que es ahora.
En aquel entonces, la única aspiración de un recién graduado en informática era acabar trabajando en una “cárnica” (i.e. consultoras que vendían la carne de programador al peso) en el parque tecnológico, o salir por patas y irte bien lejos.
Cuando estaba en 4º de carrera, me enteré de que la gente de Tuenti organizaba un concurso de programación.
Por aquel entonces, como cualquier joven español, era usuario de Tuenti, y existía el meme de que los programadores de Tuenti eran unos patatas porque el chat se caía cada 2x3.
Pero tampoco le di muchas vueltas al asunto: el reto de programación parecía entretenido, así que me puse manos a la obra.
Estuve una semana programando como un loco.
Por pura diversión, por competitividad.
No recuerdo en qué posición quedé, pero creo que fue muy cerca.
A los 10 primeros los invitaban a las oficinas, y yo me tuve que quedar en el top 15 o así.
El año siguiente, que ya me pilló en 5º de carrera a punto de terminar, sacaron un segundo reto.
Ya había hecho algo de research desde el primer concurso, y resulta que el equipo de ingeniería de Tuenti era bastante top. Era algo así como el Google español (de hecho había ex-Googles trabajando allí).
Ese año volverían a invitar a los ganadores a las oficinas, a escuchar tech talks y hacer entrevistas. Claramente era una estrategia de recruiting para encontrar talento joven.
Pero a mí me daba igual todo eso.
No sé si porque no me acababa de creer que había una posibilidad de acabar trabajando para una empresa tan top, o porque me podía más el pique de haberme quedado a las puertas el año anterior.
El pique de superarme, de demostrarme que podía.
La cosa es que me puse a grindear otra vez, más duro que el año pasado.
Estaba a las puertas de los exámenes finales, pero la verdad es que me la sopló bastante: aquello era ya algo personal.
No me acuerdo cuánto tiempo fue en total, pero sí que me quedé en el problema nº 20, el último reto.
Me jodió tanto el no haber sido capaz de terminar los 20 problemas, que cuando me dijeron que había quedado top 15 y me invitaban a las oficinas de Tuenti, tampoco me hizo tanta ilusión…
Hasta que fui allí y tomé conciencia de la magnitud de la situación.
De repente todo era real.
Os podréis imaginar lo nervioso que hice las entrevistas…
Pero a los días recibí una llamada con una oferta.
No me lo podía creer.
Mi primer trabajo iba a ser en Tuenti.
Estuve casi 3 años allí, y siempre digo que fue una de las mejoras cosas que le pudieron pasar a mi carrera.
Gran parte de quién soy como profesional (y como persona) a día de hoy se lo debo a esa etapa.
Moraleja de todo esto: las mejoras cosas de la vida llegan cuando no las buscas, sino cuando sigues tu instinto y haces lo que te gusta.